Pinta y colorea | Cuando el cliente quiere diseñar un sitio web o una aplicación

niños-pintando-arboles-navideños Esto es un artículo de “crítica” hacia aquellos clientes que creen ser diseñadores, aquellos que ven un color (o varios), un dibujo (o varios), una maquetación (o varias) y lo quiere todo en su site. Es muy común entre los que desarrollamos aplicaciones para clientes encontrarnos con que los mismos quieren “dirigir” cómo se diseña su página y, me parece bien que nos cuenten sus ideas generales pero no que las quieren imponer. Os preguntaréis “¿Por qué? ¿Pero si así me ahorro romperme los sesos pensando en una buena experiencia de usuario y en la usabilidad?” y diréis “pero si me está pagando y está haciendo él el trabajo”. Desde mi punto de vista es un error grave tanto por parte del cliente como por nuestra parte permitírselo y os explicaré por qué.

Conocimiento

Auto conocimientoGeneralmente (por no decir siempre) dichos clientes tienen los mismos conocimientos que yo de ingeniería aeroespacial, es decir, ninguno y se basan en cosas “bonitas” que han visto en algún lugar o cosas que ven en otros lugares y que les parecen que son “estándares”. Bajo mi experiencia y por lo que he podido estudiar, no hay “estándares” en cuanto a diseño, UX y maquetación se trata sino que tenemos unas reglas básicas que seguir y que muy pocas veces vemos en práctica en aplicaciones y sitios web bastante más comunes de lo que me gustaría. Por ejemplo, hay muchas tiendas online populares que han sacrificado la usabilidad y la experiencia de usuario para aumentar la funcionalidad en cada página y a menudo me encuentro en alguna de estas tiendas buscando algún elemento como “¿dónde están los artículos que he comprado (ebay)?”. Quizás la razón no sea ni siquiera esa, sino que más allá de querer tener más funcionalidad, dichos sitios nunca hayan pasado por la mano de alguien con algún criterio de diseño, experiencia de usuario, usabilidad,… Entonces, ¿por qué si sabemos que dichos sites hacen las cosas mal dejamos que el cliente nos obligue a copiarlo? ¿Acaso valoramos tan poco nuestro trabajo, nuestro criterio y por tanto a nosotros mismos?

Confianza

confianza.jpg_2033098437Los clientes, que son los que nos pagan, a menudo tienen un cambio de confianza en cuanto empezamos el proyecto, por un lado se toman mayor confianza y nos tratan como si fuéramos sus empleados exigiendo a veces cosas sin sentido y, por otro lado, en cuanto hemos empezado es como si perdieran la confianza en que nosotros somos los “expertos” en lo que nos han coontratado y dejan de guiarse por nuestro criterio tratando de imponer el suyo porque, claro… es el acertado y nosotros no sabemos de nuestro trabajo. Es como si lleváramos nuestros coche al taller y en cuanto el mecánico empieza a trabajar le decimos cómo lo tiene que arreglar… Si fuera así, creo que los desguaces estarían desbordados y sería el negocio en auge.

 

Calidad de trabajo

calidad¿Alguna vez habéis intentado pintar un cuadro? ¿Habéis visto a un pintor trabajar? ¿Notáis alguna diferencia? La diferencia es la calidad del trabajo (amén de que el pintor tarda menos si trabaja tranquilo) y será mucho más creativo. Como una imagen vale más que mil palabras… aquí va un ejemplo muy famoso y que plasma muy bien la diferencia entre un profesional y un “algo”, así que aquí tenéis el Cristo de Borja que una señora sin más conocimientos de pintura que los de una “aficionada” le hizo un “cristo” al Cristo…

 

cristo-de-borja

Conclusión

¿Qué tipo de profesional eres y cuál quieres ser? ¿Le das valor a tu nombre que es tu marca personal? ¿Quieres que te conozcan por chapuzas o por profesional? Al final el trabajo, sea con tu diseño o sea con el que te diga el cliente, llevará tu nombre y eso te dará valor o te lo restará. Con esta premisa, desde un primer momento debemos dejar claro a nuestro clientes que nosotros somos los profesionales, que sus ideas aportan valor en cuanto nos permiten conocer qué espera de la aplicación pero como norma general, esas mismas ideas no serán plasmadas como originalmente las pensó sino que se estudiará la forma de que la funcionalidad sea la que quiera el cliente con un diseño acorde a lo que realmente necesita y, sobre todo, que no se debe atar a lo que ha visto, si no, aún iríamos con una hoja para tapar nuestras zonas íntimas…

Así que, “Cliente, deja diseñar al diseñador y deja programar al desarrollador que para eso le has pagado un caché”.